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Diseñan una "bomba genética" selectiva ante las bacterias dañinas

Uno de los principales efectos negativos de los antibióticos es que atacan de manera indiscriminada a casi todas las bacterias de nuestro cuerpo, incluidas las beneficiosas, induciendo una disbacteriosis y aparición de bacterias multiresistentes. Según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que para el año 2050 la resistencia a los antibióticos causará alrededor de 10 millones de muertes anuales.

Un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y del Instituto Pasteur de París ha diseñado un nuevo tipo de antibióticos selectivos que atacan solo a las bacterias perjudiciales. Publicado en la revista Nature Biotechnology lo denominan “bomba genética programable” que, además de ser muy selectivo evita el grave problema de la aparición de bacterias multiresistentes.

El equipo encargado ha diseñado “bacterias centinelas programables”. A estas bacterias se les ha insertado por transformación un plásmido, diseñado artificialmente en el laboratorio. El plásmido en cuestión, contiene una secuencia que codifica para una toxina, la cual es capaz de terminar solo las bacterias virulentas. Este mecanismo de activación selectiva de la bomba o toxina es posible gracias a una molécula denominada “inteína” para la cual el Instituto Pasteur ha solicitado una patente.

La “inteína” actúa dividiendo la secuencia de la toxina en el plásmido. Además el plásmido también contiene una “antitoxina”. Cuando la bacteria centinela entra en acción, transmite a sus bacterias vecinas, sin ningún tipo de filtro, el plásmido por conjugación (mecanismo de transmisión de ADN empleado por las bacterias).Es entonces, en el interior bacteriano, cuando según determinadas señales moleculares, como la virulencia o la resistencia a antibióticos, la toxina actuará o no.

Si se trata de una bacteria perjudicial, la “inteina” no actuará. Por tanto, se traducirá la secuencia al completo que codifica para la toxina y la bacteria terminará muriéndose. Por el contrario, si se trata de una bacteria beneficiosa la “inteina” se mantiene y se traducirá la “antitoxina” sin dañar a la bacteria.

Hasta el momento actual sólo se ha utilizado en pez cebra, con buenos resultados. Aunque aun queda mucho por hacer para demostrar el funcionamiento en seres humanos, los resultados obtenidos son muy prometedores y suponen el comienzo de una nueva generación de antibióticos, además de un posible tratamiento para el cáncer y otro tipo de enfermedades como el cólera.

Bibliografía:


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