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La tuberculosis, una enfermedad cautivada entre rejas

29 de Agosto de 2018

Autores: Carmen Rodríguez Ostos, Olga Gómez Manrique, Ana María Precioso Romero, Majda Tber. 2º Farmacia. Grupo 01.

En la India hay aproximadamente 2,79 millones de personas infectadas y aunque tenga cura, la tuberculosis es la enfermedad infecciosa más mortal del mundo, con alrededor de 1,5 millones de muertes al año. Buscando una solución se pensó reunira estas personas que padecieran dicha patología para facilitar el tratamiento y control de la enfermedad. Pero la realidad es ardua cuando uno se crea en una especie de “cárcel” para tener a los afectados apartados del resto de la población para evitar la propagación masiva dada la falta de personal médico y atención sanitaria.

La tuberculosis es una infección bacteriana causada por Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch. Éste es un bacilo ácido-alcohol resistente, lo que hace más complicado aún su tratamiento pudiendo llega a ser mortal. Esta microbacteria es Gram positiva aerobia. Su capacidad para infectar se debe a que puede vivir mucho tiempo fuera del organismo, pero cuando se expone a factores externos como la luz puede morir. Forma cordones que son los que le dan la virulencia al microorganismo. El componente más importante es la pared, la cual está constituida por micósidos, glucolípidos, lipopolisacáridos y proteínas. Estas últimas son las responsables de la reacción de la tuberculina.

La tuberculina es un extracto proteico obtenido del bacilo de Koch. Se utiliza para inyectarlo en la piel con el fin de diagnosticar si hay infección por tuberculosis (test de Matoux). El resultado positivo de la prueba se obtiene cuando se produce una reacción inflamatoria superior al nivel establecido en las pautas protocolizadas

La tuberculosis afecta principalmente a las vías respiratorias. Una tos, un estornudo o incluso la simple espiración puede descargan estas partículas infecciosas que permanecen en el aire durante un tiempo determinado (desde varios minutos llegando a más de una hora) y se presenta típicamente con síntomas inespecíficos (malestar general, pérdida de peso, tos, sudoración nocturna) y con producción de esputo (sanguinolento y purulento en la enfermedad cavitada).

El diagnóstico se basa en la radiología, una prueba de la tuberculina cutánea y análisis de sangre, así como un examen al microscopio y un cultivo microbiológico de los fluidos corporales. El tratamiento de la tuberculosis es complicado y requiere largos periodos de tratamiento con varios antibióticos. Para el tratamiento de la tuberculosis se utilizan los denominados antituberculostáticos que se clasifican en función de su eficacia, potencia y efectos secundarios:

· Fármacos de primera línea: isoniacida, rifampicina, pirazinamida, etambutol o estreptomicina

· Fármacos de segunda línea: cicloserina, etionamida, ciprofloxacino, etc. Se emplean en casos de tuberculosis resistentes o cuando los de primera línea producen efectos secundarios.

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