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Las primeras lluvias en 500 años fulminan a los microorganismos de Atacama

Autores: Gabriel Montero, Marco Moreno, Paula Melchor Rodríguez. Grupo 04, Facultad de Farmacia. Universidad San Pablo CEU.

12 de Noviembre de 2018


Dicen que el agua es vida, pero para las bacterias acostumbradas a subsistir sin ella, la inesperada caída de lluvia ha supuesto la muerte. Se acaba de comprobar en el lugar más seco de la Tierra, el desierto chileno de Atacama.

📷En este lugar tan inhóspito de la Tierra llueve tan poco que su precipitación media anual suele estar por debajo de los cuatro milímetros por metro cuadrado. Sin embargo, en los últimos tres años, se han dado tres sorprendentes episodios meteorológicos que han desafiado su clima habitual y que los autores de este estudio vinculan con el cambio climático: en 2015 llovió de manera significativa en dos ocasiones (el 25 de marzo y el 9 de agosto). Y el 7 de junio de 2017 volvió a haber precipitaciones que, según explica Alberto G. Fairén, coautor del estudio, "por primera vez desde que hay registros, formaron lagunas efímeras".

Tras estudiar la microbiología de estos lagos hipersalinos recién formados, encontraron algo inesperado: contrariamente a lo que podríamos pensar, el aporte de agua no supuso un afloramiento de vida, sino todo lo contrario. La devastación que han causado las lluvias a la diversidad microbiana ha sido enorme.

Sólo algunas bacterias, bautizadas como Halomonas, siguieron activas metabólicamente, siendo capaces de reproducirse en estas nuevas lagunas. No obstante, el rango de extinción fue del 85% debido principalmente al estrés osmótico; es decir, el desequilibrio producido por los cambios en el aporte de agua. Estos microorganismos estaban perfectamente adaptados a vivir en condiciones de extrema sequedad y optimizados para sacar el máximo provecho de la escasísima humedad. Ante las nuevas condiciones de inesperada inundación, dice Fairén, "no han sido capaces de adaptarse y han muerto por exceso de agua".


Por otro lado, Atacama es uno de los mejores laboratorios al aire libre para los científicos interesados en estudiar la habitabilidad de Marte, debido a los diversos parecidos, como su superficie salina, rica en nitratos, sulfatos y percloratos, y sus suelos extremadamente pobres en sustancias orgánicas. Se sabe que, hace unos 4000 millones de años, Marte contenía grandes cantidades de agua líquida en su superficie. Las nuevas lluvias han abierto un nuevo campo de investigación que relaciona el estrés que habrían sufrido unos supuestos “microbios marcianos” con lo que está ocurriendo hoy en día en Atacama.

Halomonas es un género clasificado en el filo Proteobacteria. Estas bacterias halófilas son capaces de crecer con altas concentraciones de sal dentro de un rango del 5 al 25% de NaCl.​

Cada microorganismo tiene una concentración de sal óptima de crecimiento, por lo que podemos clasificarlos en:

- Halotolerantes: No requieren sal, pero toleran del 2 al 15% de NaCl.

- Halófilas: Necesitan concentraciones moderadas o altas de sal. Como el Vibrio fischeri, que vive en el mar; o las halomonas.

- Halófilos extremos: Viven en medios con concentraciones muy altas de sal. Son fundamentalmente las archaeas.

Foto de Carlos González Silva.


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