9 de agosto 2018
Autores: Antonio Canoyra Calero; Blanca Arroyo Álvarez; María Bustos López; Paula Alisén Álvaro
Investigadores del Instituto de Amsterdam para la Salud y el Desarrollo Global han sacado a la luz un estudio que afirma que la manipulación del microbioma humano, es decir, el conjunto de genes de los organismos microscópicos presentes en el interior de nuestro organismo, a través de antibióticos puede tener una gran influencia en la respuesta inmune que genera la vacuna oral contra el rotavirus en el cuerpo humano.
Este virus de RNA bicatenario es el principal causante de las infecciones gastrointestinales y respiratorias. Los más afectados son los niños hasta 5 años o neonatos de las distintas especies de mamíferos. Son especialmente conocidos por ser muy contagiosos y resistentes.
La revista “Cell host & Microbe” publicó el estudio realizado a 63 varones adultos sanos aleatorizados. A algunos se les trató con antibióticos altamente bactericidas mientras que a los otros se les trató con uno menos bactericida. Posteriormente fueron vacunados con la vacuna constituida por rotavirus atenuados. Ambos grupos se compararon con el grupo control que no había ingerido ningún antibiótico y también fue vacunado.
Tras el tratamiento con antibióticos y la vacunación, se analizó la cantidad de anticuerpos generados en los distintos individuos, así como su respuesta frente al virus. El resultado fue que en aquellos tratados con los fuertes bactericidas el virus vacunal migraba con mucha más facilidad, lo que significa que potenciaba la efectividad de la vacuna. Aquellos en los que se suministró el antibiótico con menor capacidad bactericida además hubo un aumento en el refuerzo temprano.
En conclusión, este experimento relaciona directamente la capacidad de migración del rotavirus administrado en la vacuna por el organismo y por tanto su mayor capacidad para estimular el sistema inmune. Si los individuos vacunados han tomado antibacterianos que han destruido sus propias bacterias, el efecto de la vacuna es mayor que si no han tomado antibióticos.
Aunque este estudio concuerda con otros realizados en los que se demostró que, en los niños con mayor migración del virus por el organismo, la vacuna tenía mayor efectividad, el hecho de que el estudio haya sido realizado en adultos tiene grandes limitaciones al ser niños de corta edad los principales afectados por este agente infeccioso.
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