Elena Ramos Ruperez, Beatriz Rebate de la Calle, Jesús Rodríguez-Campra Hermoso, Ana Romero Carreño
10 de octubre 2018
No es ningún secreto que los microorganismos patógenos están acumulando mecanismos de resistencia a los antibióticos. Esta amenaza causa, actualmente, unas 700.000 muertes cada año, lo que significa que para el año 2050 se predice que matarán a unos 10 millones de personas, es decir, más que el cáncer.
La resistencia a los antibióticos es una respuesta de los microorganismos al uso de estos medicamentos. Su mal uso produce que pierdan efectividad: las bacterias dejan de ser sensibles a sus efectos y se necesitan principios activos cada vez más eficaces. Afortunadamente, existe un arma para poder contrarrestar la resistencia: las vacunas.
Gracias a las vacunas se evitan frecuentes enfermedades bacterianas que harían innecesarios los antibióticos. Al reducir la cantidad de infecciones, limitan la necesidad de medicación. Aunque el desarrollo de nuevas vacunas lleva mucho tiempo y recursos económicos, es la opción más efectiva. Según Jules Hoffmann, Nobel en Medicina y padre de la inmunidad innata, “no vacunar es un crimen”. Hoffmann afirmaque las vacunas han salvado millones de vidas humanas y son el mayor logro de la medicina.
Por desagracia, el valor que ofrecen las vacunas en esta área no está lo suficientemente reconocido, y, por lo tanto, el desarrollo de nuevos tipos de vacunas para impedir la resistencia frente a los antibióticos es un movimiento lento. El desarrollo de vacunas supone, muchas veces, más de 10 años. Es un esfuerzo de alto riesgo y hay muchas vacunas que no son comercialmente viables, por lo que no llegan al mercado.
Sin embargo, la necesidad de nuevas vacunas para combatir las enfermedades infecciosas actuales es más importante que nunca, por lo que hay que concienciar al mundo de los riesgos de los patógenos resistentes a antibióticos y el beneficio indudable de las vacunas.
El País. (2017). La ‘epidemia’ que matará a más gente que el cáncer (si no lo remediamos).
https://elpais.com/elpais/2017/09/21/planeta_futuro/1506004048_715947.html
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