Fecha: 09/10/2018
Autores: Carmen Rodríguez Ostos, Álvaro Seco Frías y Cristina Segovia Núñez-Lagos
📷El aluminio es un metal cuya ingesta resulta ser tóxica llegando a producir o acentuar en algunas ocasiones el desarrollo del Alzheimer, pero se ha descubierto que una determinada bebida alcohólica produce el efecto contrario contrarrestando la toxicidad del aluminio y disminuyendo sus efectos secundarios.
Se trata de la cerveza, una bebida común al alcance de todos con una particularidad: su contenido en silicio.
A pesar de su difícil asimilación a medida que envejece el cuerpo, este mineral resulta ser fundamental para la síntesis de tejidos, fijación del calcio y prevención del Alzheimer, por ejemplo.
El lúpulo que contiene en gran cantidad la cerveza ha sido usado durante siglos para tratar males. Su uso podría estar ligado a la conservación de las células cerebrales para prevenir la demencia además de la disminución del riesgo cardiovascular y reducción de los lipopolisacáridos del plasma, un tipo de endotoxina que desencadena una respuesta inmune.
Asimismo, el consumo moderado de la cerveza contribuye a un buen funcionamiento de la microbiota intestinal ya que contiene polifenoles (micronutrientes con actividad antioxidante que neutralizan los radicales libres del oxígeno) que no se asimilan, pero en contacto con la microbiota intestinal producen metabolitos, aumentando el índice de bacterias benéficas del intestino, importante para el control del peso y prevención de enfermedades.
En resumen, al ingerir cerveza estamos ayudando al cuerpo a prevenir ciertas enfermedades gracias a estos polifenoles, que cuando llegan al tubo digestivo activan la síntesis de estos metabolitos ayudando al correcto funcionamiento de diversas actividades que presenta nuestro organismo.
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